23/8/08

El origen de la aparición: III parte

(...)

Por fin enmudecieron las chicharras en el tiempo que los grillos comenzaban a aparearse.

Las ranas se relamían dentro de las charcas esperando a que cayera algún desorientado mosquito en sus pegajosas lenguas.

Las lagartijas de igual forma, acechaban en la retaguardia con los ojos saltones vigilando su explanada de caza.

Los conejos salían de la madriguera para cruzar al otro lado del bosque sin temor a ser atropellados o devorados por víboras muertas de hambre.

Se retornó la noche llena de acechamientos, calando en ella la saciedad del instinto más animal.

Armando se mantuvo sentado durante un hora en la misma piedra esperaba a que su flor llamada “dama” desprendiera su infinito aroma por todo el lugar y embadurnara de fragancia a su Amapolita.

Se sentía verdaderamente feliz en ese momento. Dueño y custodio de su existencia.

3 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

genial nena. como siempre. ya tengo blog yo también. no voy a ser menos que un choco marismeño no?

petons guapisima!!!!

Ángela dijo...

Ay que ver que no me tienes entre tus links!!

jaja, mola tu blog!